La verdad no sé muy bien por dónde empezar esta carta, quizás como todos los cuentos por el principio.
Un día no hace mucho tiempo, por azar, suerte, destino o una mezcla de las tres, os encontré en mi camino. Si, os encontré entre los cientos de post de maternidad que saltan en mis RRSS y cuando os leí, supe que había una conexión especial. Por eso hoy me decido a contar mi historia.
Para los ojos de la gente, era una mujer con proyección, una buena carrera profesional , 34 años, puesto de alta responsabilidad en una multinacional, viajes, instituciones, presentaciones en organismos, visitas, equipo, horas, horas y más horas, jornadas interminables, sin tener tiempo de coger una llamada a mi madre y un millar de NO TENER TIEMPO.
Llegar a casa rendida sin ganas de hablar porque ya has hablado demasiado, con agujetas del estrés en todo el cuerpo, pero sobre todo en el alma…… y un largo sin fin que ahora me cuesta recordar…..ahora desde la distancia soy capaz de ver tantas cosas…. Cuando estás metida en esa espiral de trabajo, trabajo y más trabajo… te cuesta ver con objetividad y sobre todo, te cuesta verte a ti misma.


Nos quedamos embarazados con mucha ilusión, recuerdo que lo hicimos sin pensar, dejándonos llevar por los sentimientos, porque la razón siempre me diría que no… después de un aborto, y un embarazo plagado de riesgos y muchas complicaciones nació nuestro maravilloso hijo…. y cambió mi mundo.
Cambio mi mundo desde que se instalo en mi, al mes contracciones, empecé a manchar un día antes de incorporarme al trabajo de las vacaciones de verano y tan sabio como ahora, se encargó de que no me encontrara bien durante todo el embarazo y así tener tiempo y fuerza para cuidar de él y sobre todo de mi.
Ahora lo pienso y me emociona ver de una manera tan clara porque todo sucedió así. Necesitaba parar, frenar, cuidarme, cuidarle, reflexionar, leer, aprender… y volver a encontrarme.
Mi cuerpo cambió, pero mi cabeza…. esa sí que cambió…. Me incorporé a los 5 meses con angustia, pereza y dolor de corazón…. Nada había cambiado para ellos, pero si para mí. Quise resistirme y hacer como si nada hubiera pasado, demostrando que aunque fuera madre era una trabajadora incansable y podía con todo… días enteros sin ver a mi hijo, dejándole horas y horas con unas madres de día que aunque fueron maravillosas no era lo que necesitaba ni él ni yo.
¿Que tenía que demostrar? ¿A quién? Recuerdo ese dolor que no se me olvida, saliendo a las 20:30, atascada, llorando porque de nuevo no iba a ver a mi hijo despierto. Con las tetas llenas de leche que cada día se iban desinflando un poco más, desinflando como las ganas de mamar de mi hijo y mis ganas de seguir con esa parodia que era mi vida.
Yo ya no quería ser importante, prestigiosa, ganar mucho dinero…puf yo que sé lo que me movía antes, yo solo quería disfrutar de mi hijo, de mi marido, de mi familia, de mis amigos…….pero sin renunciar a mi parte intelectual y de aprendizaje continuo que es el trabajo y que me encanta!!
Cambié de vida, pero no ha sido un camino de rosas, hay una parte de sacrificio importante, para una persona acostumbrada a un ritmo vertiginoso, en contacto continuo con cientos de personas diariamente, rodeada de grandes profesionales que me enseñaban miles de cosas…. Fue un cambio radical, pero nunca dejé que el entusiasmo me faltara y busqué en lo más profundo de mi y auné algunas de mis pasiones, así nació Madres y listas y Madres y listas Shop.
Fueron dos nacimientos hechos con mucha ilusión y con esfuerzo……..pero por encima de todo fue mi renacimiento, encontrarme conmigo misma, con mi maternidad y con mi fuerza, encontrarme con las cosas por las que siempre había luchado, volver a conectar con mis inquietudes, mis valores más profundos e ir a por todas.
Por eso hoy estoy aquí, después de hacer las tareas de casa, jugar con mi hijo, estar mil horas en el ordenador retocando fotos, escribiendo un post, aprendiendo como se hace stop motion y leyendo sobre educación, infancia, viajes y mil temas más que me interesan.
Por todo eso estoy ahora a la 1:59 escribiendo esta carta, feliz y con muchas ganas, sabiendo que he escogido el camino correcto, que no es fácil ser Malamadre, ni Malamujer en esta sociedad tan compleja, pero segura de que lo que hago es para hacer un poquito mejor mi mundo, su mundo y porque no, nuestro mundo.
Gracias por escribir tantas veces mis pensamientos en el blog, solo espero aprender mucho de vosotras, porque aquí tenéis una nueva MALAMADRE EMPRENDEDORA.
Nota: Me encantaba mi trabajo, no tanto algunas cosas que lo rodeaban. Agradecida del aprendizaje continuo y facilitarme el camino hacia mis sueños. Ahora el cambio os toca a vosotros. Cambio de mentalidad en las instituciones y las empresas para cambiar la sociedad y continuar progresando. Gracias.